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Historia de la Mareografía

Inicia en modo preliminar en la década de 1930, gracias a la princesa Carlota de Prusia y Sajonia- Altemburgo.

Por Dott. Alejandro Gutiérrez, fundador de RONMAC.

Las primeras observaciones del nivel del mar en Costa Rica se dieron gracias a una mujer

La historia de la mareografía en Costa Rica, o de los registros del nivel del mar, inicia en modo preliminar en la década de 1930, gracias a la princesa Carlota de Prusia y Sajonia- Altemburgo, quien por circunstancias socio-políticas en Europa hubo de trasladarse, primero a Guatemala y finalmente a San Miguel de Barranca en Costa Rica, con su marido, el príncipe Segismundo de Prusia, en 1927. Ella fue observadora meteorológica voluntaria del hoy Instituto Meteorológico Nacional (IMN). Sus observaciones, tanto oceanográficas como meteorológicas, se encuentran en el IMN, como emblema de disciplina y constancia de una mujer con la curiosidad suficiente y deseos de superación cognitiva. Luego decidió tomarle el pulso a la superficie del mar en Puntarenas, donde a partir del año 1941, el Instituto Geográfico Nacional (IGN), en colaboración con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América, instalaran el primer mareógrafo en ese puerto del Pacífico costarricense. A partir de esa época y hasta el año 1981, el IGN fue el responsable por los registros del nivel del mar en Costa Rica. A partir de ese año, la Universidad Nacional creó el Servicio Mareográfico de Costa Rica (SERMAR), luego RONMAC y luego SINAMOT, instancia que se ha hecho cargo del mantenimiento y emplazamiento de los mareógrafos y estaciones de registro de nivel del mar, así como de los registros y monitoreo de esta variable hasta el día de hoy.

Primeras instrumentaciones. Registros en papel entre las décadas de 1940 y 1990
En la década de los cuarentas la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos de América (NOAA) junto con el Instituto Geográfico Nacional (IGN), instalaron los primeros mareógrafos en Costa Rica, en los puertos de Limón y Puntarenas, para luego, en el año de 1957 dar inicio con las mediciones de esta variable en Puerto Quepos.
Estos primeros mareógrafos consistían de un elemento boyante, puesto dentro de un tubo de hierro, por lo general de 12 pulgadas de diámetro (como se ve en la figura), que al ascender y descender el nivel del agua, registraba una curva de variación del nivel del mar sobre un rollo de papel cuyo eje de revolución estaba sincronizado con un sistema de relojería capaz de señalar el transcurso del tiempo sobre ése. De tal forma que los diferentes estadios de la marea diurna mixta o semidiurna (según hablemos del Caribe o Pacífico costarricenses) quedaban debidamente registrados. Estos sistemas eran por completo mecánicos, y de fácil reparación.

Inicio de la era digital: década de 1990s
 A finales de la década de los noventa, este sistema (cuyos fundamentos aún están en uso) fue reemplazado por sistems automáticos (de envío automático de la señal vía radio o satélite) y de sensores más modernos (de presión y acústicos), como lo muestran las figuras. No obstante, por redundancia, siempre se procuró incluir también el sensor mecánico o elemento boyante dentro del tubo esta vez de PVC, que sustituyó al pesado tubo de hierro que solía albergarlo, así como otros sensores meteorológicos y oceanográficos por ejemplo el de presión barométrica, radiación solar, precipitación, temperatura del aire, viento y temperatura superficial del agua.  Además, dio inicio el conveniente uso de los paneles solares para la recarga de las baterías que permiten la transmisión de los datos al satélite.